¿Qué es la artrosis?
Seguro que has oído hablar de la artrosis y probablemente conozcas a alguien que la padezca, o puede que tú seas una de esas personas. Es una enfermedad crónica degenerativa, una de las enfermedades reumáticas más comunes en la edad adulta, que produce la degeneración del cartílago de nuestras articulaciones.
Cuando el cartílago y el líquido sinovial de nuestras articulaciones pierden grosor, dejan de ejercer su efecto amortiguador y lubricante, con lo que los huesos entran en contacto directo entre sí. Este roce va desgastando progresivamente la articulación, provocando un dolor cada vez más constante e intenso, con la consiguiente pérdida de movilidad y de calidad de vida.
¿Qué provoca?
A continuación os describo los signos y síntomas característicos de la artrosis:
- Dolor: es el síntoma más común de la artrosis. Al mover la articulación o articulaciones afectadas, sobretodo después de un periodo de reposo, sentimos dolor. Igualmente, hay que saber que no siempre provoca dolor. También es habitual que la persona alterne periodos de dolor y periodos asintomáticos donde puede realizar una vida totalmente normal.
- Inflamación: Pueden aparecer brotes inflamatorios, donde suele aumentar el dolor, y aparece una sensación de entumecimiento.
- Rigidez: rigidez o sensación de entumecimiento, sobre todo después de la inactividad o el reposo (por ejemplo al levantarnos por la mañana).
- Crepitaciones: en casos muy avanzados de artrosis, se pueden llegar a escuchar crepitaciones, que pueden o no ser dolorosas. Esto indica un desgaste bastante avanzado del cartílago, lo que lleva a que los huesos de la articulación rocen entre sí, provocando dichas crepitaciones.
Claves para prevenir la artrosis
La prevención es clave en el manejo de esta enfermedad, ya que como hemos dicho es degenerativa y causada por el desgaste propio de la edad. Pero no todo el mundo sufre artrosis ni de la misma manera, por lo tanto, hay factores que hemos de tener en cuenta para prevenir y/o frenar sus efectos.
- EVITAR EL SOBREPESO
El sobrepeso afecta de manera directa a nuestras articulaciones, ya que tendrán que cargar continuamente con mucho más peso, provocando un mayor desgaste de nuestro cartílago. La articulación sufre más presión, tanto en estático como en dinámico.
- UNA BUENA ALIMENTACIÓN
Una buena alimentación es básica, una vez más, para prevenir las consecuencias de la artrosis. No solo por su influencia directa sobre la posibilidad de padecer sobrepeso y sus consecuencias mecánicas sobre la articulación (como acabamos de mencionas). También hemos de tener presente que hay alimentos que favorecen la inflamación, como son los azúcares y las grasas saturadas.
El alcohol y los carbohidratos refinados, también se han asociado con un mayor riesgo de padecer artrosis. Es importante estar bien hidratados llevar a cabo una buena dieta, quilibrada, y rica en omega 3.
También existen suplementos alimenticios, que actúan sobre el cartílago y el líquido sinovial. Deben considerarse una herramienta más, siempre siguiendo las indicaciones de su médico de cabecera o reumatólogo. Y hay que tener en cuenta que si no se combinan con una buena dieta adecuada a ti, y actividad física, su utilidad será mucho más limitada.
- ACTIVIDAD FÍSICA
Es verdad que una actividad deportiva muy elevada y de gran intensidad puede favorecer la aparición de artrosis o una aceleración del proceso, por la carga excesiva en las articulaciones. Pero esto no significa que el ejercicio y la actividad física sean malos para esta enfermedad. Todo lo contrario.
Si limitamos el movimiento de las articulaciones, estaremos favoreciendo la rigidez y la debilidad muscular.
La rigidez en las articulaciones provoca más dolor y alteración funcional. Y la debilidad muscular resultante de la falta de ejercicio, tiene como consecuencia unas articulaciones más inestables. Esto hace que en cada movimiento, el desgaste sea mayor, ya que la articulación está “más suelta”. En cambio, una buena musculatura, la estabiliza y protege.
Ejemplos de actividad física que podemos realizar, son ejercicios donde haya movimiento, pero no una carga excesiva en nuestras articulaciones: caminar, bailar, actividades en el agua (que además minimiza el impacto sobre las articulaciones ya que reducimos el efecto de la gravedad como consecuencia del agua), ejercicios para fortalecer la musculatura (controlados preferiblemente por un profesional), ejercicios para movilizar y flexibilizar las articulaciones.
Bien, como habéis visto, la mejor manera de combatir los efectos de la artrosis y de prevenir su progresión, es de manera activa. No podemos postrarnos en el sofá pensando que al no movernos nos dolerá menos, ya que esto será totalmente perjudicial.
¡Una buena dieta y el movimiento son básicos!
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