Que es la propiocepción
La propiocepción es la información que recibe nuestro cerebro procedente de receptores específicos que se encuentran en nuestro sistema músculo-esquelético, y que le da información de nuestra postura corporal. Siempre respecto al medio que nos rodea.
Si desglosamos la palabra, “propio” hace referencia a uno mismo, y “cepción” hace referencia a consciencia. O sea, ser conscientes de nosotros mismos.
Si quieres leer más sobre propiocepción, en un post anterior (Importancia de la propiocepción en un trabajo de rehabilitación), hablo de ella.
Cuando y porqué hay que trabajarla
Junto con la visión y el sistema vestibular, la propiocepción se encarga de informar al cuerpo de la posición en la que se encuentra respecto a él mismo y al medio que lo rodea. Esta información, que se envía al cerebro de manera inconsciente, nos da una imagen de nosotros mismos y una ubicación espacial.
Porqué es importante trabajarla:
- Para realizar un movimiento correctamente, necesito saber de la posición de la que parto.
- Necesito percibir bien el medio y los estímulos externos para poder reaccionar y adaptarme, y poder llevar a cabo así una actividad.
- Cuando sufrimos un “contratiempo” y por ejemplo, nos torcemos el tobillo, el cuerpo “informa” de un estiramiento excesivo, y para evitar lesión, provoca una serie de respuestas para corregir lo antes posible la posición del pie.
Después de una lesión, sobre todo si nos hemos sometido a un periodo de inmovilización o a una intervención quirúrgica, durante mucho tiempo se reducen de manera considerable los estímulos que normalmente se envían al cerebro.
Por eso es necesario un trabajo específico para estimular los receptores propioceptivos, y así estén preparados para, delante de un “imprevisto” o en una actividad deportiva donde sometemos al cuerpo a más desestabilizaciones, reaccionar y evitar lesiones.
Cuando:
Los ejercicios propioceptivos buscan situaciones “inestables” pero controladas, de manera que activamos los receptores propioceptivos para entrenarlos delante de situaciones de inestabilidad. Trabajamos a nivel articular, muscular y ligamentoso.
La secuenciación de trabajo, suele ser progresiva, añadiendo dificultad una vez se vaya adquiriendo habilidad en ejercicios más sencillos, y vayamos preparando las estructuras.
En personas sanas, donde el objetivo primordial será la prevención, quizá podremos empezar de manera mas “avanzada” que en una persona que se recupera de una lesión, donde el sistema propioceptivo se deteriora y hay un déficit de la información propioceptiva. Igualmente, siempre será progresivo.
Además, en una persona sana que por ejemplo es deportista, el trabajo propioceptivo ha de formar parte del entrenamiento desde el principio. En cambió, después de una lesión, aunque se puede trabajar desde el principio a un nivel muy sutil (y no menos importante), el trabajo propioceptivo fuerte se suele realizar al final, después cuando ya se han recuperado otros aspectos como la posible inflamación, movilidad, fuerza, etc.
Ejemplos de ejercicios propioceptivos para el tobillo
Vamos a mostrar ahora algunos ejemplos de ejercicios propioceptivos para el tobillo. Esta articulación suele sufrir más desestabilizaciones y riesgos de lesión aun no siendo deportista, de ahí su importancia.
Equilibrio sobre un pie
Equilibrio sobre un pie botando una pelota
Equilibrio sobre un plato inestable haciendo flexión-extensión, inclinaciones, controlando que el plato no toque el suelo
Equilibrio sobre bosu con un pie
Equilibrio sobre bosu con un pie y moviendo la otra pierna en diferentes direcciones
Sentadillas sobre bosu (colocado al revés)
Espero que os haya gustado el post y que os sirva de ayuda en vuestro trabajo de propiocepción. Sobre todo, ante cualquier duda, consultar a vuestro fisioterapeuta o entrenador, o escribirme sin compromiso. ¡Un abrazo!