Antes que nada, haré una pequeña introducción para explicar lo que es un ICTUS de manera resumida, y así poder entender mejor cómo afecta al paciente y sus consecuencias.

Un ICTUS es un trastorno de la circulación cerebral, también conocido como AVC (accidente cerebro-vascular). Existen dos tipos, el isquémico y el hemorrágico.

El ICTUS de origen isquémico es debido a una interrupción del flujo sanguíneo a una parte del cerebro.  También conocido como infarto cerebral. Al interrumpirse la circulación en una zona del cerebro, esta estructura queda infartada, y esto dará lugar a unos síntomas relacionados con la función de dicha parte cerebral.
El ICTUS hemorrágico, es debido a la rotura de un vaso cerebral (arteria o vena), lo que provoca un derrame o hemorragia en la zona afectada. Aquí encontramos dos mecanismos que provocan los síntomas. Por un lado la rotura priva de circulación al área del cerebro irrigada por la arteria afectada, y por otro lado el derrame provoca un efecto compresivo de las estructuras cerebrales.

A partir de aquí podemos encontrarnos con muy diferentes grados de afectación, que van desde una recuperación completa y rápida, a pacientes que padecen grandes secuelas; con lo que encontraremos también grados muy diferentes de dependencia en el caso que la haya.

De forma muy general, expondré los síntomas más frecuentes. Estos pueden ser, dependiendo el área afectada, sensoriales, motores o una combinación de ambos:

  • Parálisis facial (cara)
  • Hemiparesia / hemiplejia: pérdida parcial o total de la movilidad en un lado del cuerpo (puede ser sólo a nivel de extremidad superior o inferior)
  • Dificultad para caminar
  • Alteraciones en el equilibrio y/o la coordinación
  • Mareos, dolor de cabeza intenso y de inicio brusco (normalmente acompañado de otros síntomas)
  • Pérdida de visión
  • Dificultad para entender o para expresarse
  • Parestesias (alteración de la sensibilidad, tipo adormecimiento, hormigueo, acorchamiento,…)
  • Desorientación
  • Alteración de la conciencia

Una vez en casa, empieza una nueva etapa tanto para el paciente, como para la familia de éste, que normalmente es quien asume el papel de “cuidador”. Nos podemos encontrar ante sentimientos de rabia, miedo, impotencia. Todo esto es normal, es importante asumir la situación cuanto antes y afrontarla de la mejor manera que podamos, normalizando al máximo la situación y haciendo partícipe en todo momento al paciente de su cuidado y recuperación.

Aquí os expongo algunos consejos para el cuidado en el domicilio del paciente que ha sufrido un ICTUS. Intenten aprender siempre el máximo posible de los profesionales que les atiendan y no duden en hacer todas las preguntas que consideren necesarias para ganar confianza y seguridad.

Los consejos son generales, teniendo en cuenta que el grado de afectación y dependencia puede ser muy variado.

Medidas generales

  • En el domicilio, intentar facilitar los accesos y la movilidad por el interior. Puede ser necesario la colocación de pasamanos u otros dispositivos, sobre todo en caso de que hayan escaleras.
  • Para sentarse es mejor utilizar sillas altas, con reposabrazos y respaldo firme.
  • En caso de utilizar silla de ruedas tener en cuenta la correcta posición del paciente, la posible necesidad de un cojín antiescaras, y que los reposapiés y reposabrazos se puedan levantar fácilmente. Pidan consejo más específico en caso de duda al profesional de referencia u ortopedia.
  • Para el paso de la silla a la cama y viceversa, las superficies deben de estar, si es posible, a la misma altura y lo más cerca posible.
  • La cama es mejor que sea alta para facilitar las transferencias.
  • En caso de necesidad, existen camas eléctricas que facilitan la movilización del paciente.
  • Muy importante fomentar el auto cuidado del paciente, no sobreprotegerlo. Un cuidado excesivo podría limitar su iniciativa. Siempre hay que fomentar las capacidades de la persona.

Aseo / Higiene personal

  • Es muy importante el cuidado de la higiene para evitar infecciones, sobretodo en casos de incontinencia urinaria y/o fecal.
  • Siempre que pueda, es mejor que la persona realice su aseo personal aunque sea con dificultad, explotando al máximo sus capacidades. Siempre intentando hacer trabajar la parte afectada para estimularla.  Tener presente si necesita supervisión para no poner en riesgo la seguridad.
  • Acondicionar el baño para evitar caídas y dar mayor seguridad.
  • Es mejor el uso de ducha que de bañera.
  • Es muy útil colocar dentro de la bañera o ducha una silla de plástico o taburete para que pueda sentarse.
  • Utilizar goma antideslizante en la superficie de la bañera o ducha.
  • Si padece alteraciones sensitivas, el cuidador habrá de comprobar siempre la temperatura del agua para evitar quemadas en la piel.
  • Instalar pasamanos / asideros / barandillas en la pared de la ducha / bañera y en los laterales del wc.
  • Secar bien y evitar la humead de la piel, sobretodo en zonas con pliegues.
  • Mantener una buena hidratación de la piel, sobretodo en zonas con prominencias óseas (relacionado con la prevención de úlceras, que hablaremos más adelante)
  • Para la higiene bucal puede ser prácticos los cepillos de mango largo
  • En el caso que la persona esté encamada es importante tener en cuenta lo siguiente:
  • Una buena higiene diaria
  • Lavar la cara primero y luego el cuerpo, con una esponja o manopla. Aclaramos y secamos bien, evitando     que queden zonas húmedas, ya que esto podría favorecer la aparición de bacterias y hongos.
  • Pedir siempre la colaboración del paciente, dentro de sus capacidades.
  • Muy importante la correcta hidratación, como hemos dicho antes, sobretodo en zonas de prominencias óseas.
  • En cualquier caso, muy importante la higiene bucal y dental, así como la higiene del cabello y cuidado de las uñas.

Vestirse y desvestirse

  • Como siempre, todo lo que pueda hacer de manera autónoma, ha de hacerlo, y recurrir a la ayuda cuando sea necesario
  • Es aconsejable para facilitar la tarea, disponer de la ropa de forma ordenada y colocada según el orden de colocación.
  • Al principio es aconsejable utilizar ropa holgada y práctica, tipo deportiva. Y para facilitar si fuera necesario, poner velcro en lugar de botones.
  • Para vestirse empezar siempre por la extremidad afectada, y para desvestirse al revés.
  • El calzado ha de ser cómodo y cerrado, que sujete bien el pie. Aconsejable al principio que lleve velcro en lugar de cordones. Las suelas mejor de material que no resbale. Puede ser muy útil usar un calzador de mango largo.
  • Mejor vestirse sentado para ganar estabilidad.

Alimentación / Hidratación

  • Para facilitar la alimentación puede ser de ayuda los platos con rebordes y cubiertos adaptados con mangos especiales.
  • Colocarse en una buena postura, cerca de la mesa, con la extremidad afectada bien apoyada.
  • Es muy importante una alimentación sana, con bajo contenido en grasas y un aporte correcto de todos los nutrientes necesarios.
  • Una mala alimentación e hidratación puede predisponer a la aparición de úlceras, edemas, disminución de las defensas,…
  • Seguir las indicaciones del especialista en cuanto a la dieta, sobre todo en los casos en que esta enfermedad esté asociada a otras, como la diabetes, la hipertensión, etc…
  • Tener en cuenta siempre y preguntar las dudas necesarias al profesional de referencia, en caso de estreñimiento, muy habitual en personas con movilidad reducida.
  • En caso de alimentación por sonda, tener muy presentes los consejos de mantenimiento e higiene que le hayan indicado desde su centro de referencia.
  • Si hay problemas de deglución, tendrá que tomar medidas especiales, como por ejemplo: modificar la consistencia de la comida, usar espesantes con los líquidos, tener muy presente una correcta posición del cuerpo y la barbilla, etc. (consultar siempre al especialista)

Prevención de las complicaciones por inmovilidad

En términos generales, las dos complicaciones más importantes que nos podemos encontrar en el caso de un paciente encamado, son la rigidez articular y las úlceras o llagas por presión. Por eso, es muy importante tener en cuenta lo siguiente:

  • Realizar cambios posturales cada 3 o 4 horas
  • Se pueden utilizar cojines para mantener las articulaciones en un ángulo correcto, evitando malas posiciones.
  • Es mejor hacer los cambios desde el lado plégico, para aumentar los estímulos.
  • Muy importante evitar tirones del brazo afectado, ya que esto podría provocar subluxaciones debido a la posible flacidez, debilidad muscular y/o alteraciones sensitivas.
  • Movilizar todas las articulaciones un par de veces al día. Puede ser realizado cuando se pueda por un profesional (fisioterapeuta) en el caso de disponer de sus servicios. Es importante una correcta instrucción por parte de éste para que el cuidador pueda realizar el resto de movilizaciones.
  • Intentar evitar que los pies soporten el peso de las sábanas, colchas, etc. Para ello se puede colocar algún tipo de soporte o arco en la cama.
  • Realizar masajes en espalda, piernas, y sobre todo en las zonas de relieves óseos, donde hay más riesgo de ulceración. Utilizar crema hidratante.
  • Una buena alimentación e hidratación, como hemos dicho antes, ayuda a prevenir la ulceración y el estreñimiento.
  • En casos necesarios existen colchones antiescaras que ayudan a repartir y cambiar las zonas de carga.

Comunicación

Hay veces que la comunicación puede verse alterada, tanto a nivel de expresión (dificultad para encontrar las palabras o alteración puramente motriz), como a nivel de comprensión.

En cada caso las medidas serán diferentes. Es importante hablarle de forma clara y tranquila, sin exigirle prisas para la contestación.  Hay que estimular a la persona y motivarla a comunicarse. No interrumpirla ni contestar por ella. Evitar que se sienta aislada, es bueno hacerla partícipe de todo lo que sucede en su entorno. En caso de problemas para expresarse hay diferentes ayudas que le podrá facilitar su profesional de referencia (logopeda, terapeuta ocupacional,…) como tablas, comunicadores, pizarras, etc.

Ocio / Entorno social

  • Una vida social activa mejora el estado psicológico del paciente y favorece la recuperación.
  • Intentar no dejar de hacer cosas que os gusten, tanto al paciente como al cuidador. Cuando se encuentren limitaciones evidentes, buscar alternativas a las actividades que hacíais antes.
  • Si es necesario, buscar asesoramiento para las actividades de ocio.
  • Existen numerosas entidades y asociaciones a las que se puede recurrir en busca de asesoramiento, ayuda u otro tipo de apoyo. No duden en ponerse en contacto, puede ser muy beneficioso tanto para el paciente como para el cuidador.
  • Es muy importante implicar al paciente y hacerle responsable, en la medida de lo posible, de su recuperación.
  • Fomentar siempre que sea posible, la readaptación profesional.

El cuidador. “Cuidarse para cuidar”

¡No te olvides de ti! Para poder dar lo mejor de uno mismo, primero hemos de estar bien nosotros. La tarea de “cuidar”, a pesar de que depende mucho del grado de dependencia del paciente, en todos los casos puede ser muy intensa, y aparte de tener en cuenta todos los consejos dirigidos al paciente, hemos de tener en cuenta el cuidado del propio cuidador! Al fin y al cabo, es la base de un buen trabajo.

  • Consulta a un profesional tus dudas siempre que lo necesites.
  • Pide ayuda. Es tan importante ayudar como saber pedir ayuda, tanto a nivel físico para no hacerse daño en ciertas situaciones, como a nivel psicológico o emocional.
  • Procura cubrir perfectamente tus necesidades, es importante que te sientas bien, para ello debes mantener una correcta alimentación y descanso.
  • Haz ejercicio. Tiene muchísimos beneficios en los que ahora no profundizaremos, pero que nos ayudan a sentirnos mejor, mejorar nuestra salud, sentirnos más optimistas y con ganas de hacer cosas.
  • No dejes de lado tu vida social. Sigue haciendo cosas que te gustan y guárdate “momentos para ti”. Si hay cosas que hacías que ahora no puedes, busca alternativas, siempre las hay.
  • No abandones la relación con tus amistades.
  • Intenta no juzgar tus sentimientos. Puedes encontrarte con emociones y sentimientos encontrados. No son si buenos ni malos, simplemente son. Permítete sentirlos.
  • Recurre a entidades y asociaciones si fuera necesario. Ellos te pueden orientar en muchísimos aspectos que a lo mejor ni te imaginas.
  • Infórmate y utiliza los recursos socio-sanitarios de tu comunidad. Pueden ser de gran ayuda.

Espero que te haya sido de útil la lectura del artículo. Cualquier comentario o duda que me quieras plantear, estoy a tu disposición. Si crees que le puede ser de ayuda a algún conocido, compártelo con él, o con tus amigos y contactos en las redes sociales. Gracias por colaborar en la difusión de información que puede ser muy útil para muchos.

 

Abrir chat
Gracias por llega hasta aquí
Hola 👋
¿En qué podemos ayudarte?
Los datos que nos ofrezcas serán confidenciales entre usted y nosotros/as.
Ir al contenido