Cada día sentimos muchísimas emociones, derivadas tanto de situaciones externas (algo que vemos, que nos dicen, etc.), como de nuestro interior (por ejemplo un pensamiento o un recuerdo). Estas emociones son reacciones que surgen en función de dichos estímulos. ¿No te has preguntado nunca de donde provienen o que parte de nuestro cuerpo es responsable de estas emociones?
Pues estas emociones, a nivel cerebral, dependen de una serie de circuitos que permiten conectar lo que percibimos con la emoción que se genera en consecuencia. Y todo esto se lleva a cabo en el Sistema Límbico, que sería el “centro emocional” de nuestro cerebro.
Podemos encontrar información más detallada en páginas especializadas en psicología, neurociencia, neuroanatomía, etc. Solo quiero exponeros de manera muy sencilla las características que a modo personal, me han parecido más curiosas e interesantes sobre cómo funciona este sistema y cómo podemos “entrenarlo” para mejorar nuestra actitud ante la vida. Y para ello voy a hablaros, entre otras cosas, de un capítulo de un libro que se llama “El cociente agallas” del Dr.Mario Alonso Puig, que ya he mencionado alguna vez, y me deleita con su capacidad de explicar nuestro “cerebro”.
El Sistema Límbico
El Sistema Límbico es un complejo de estructuras del encéfalo, que se relacionan entre sí, y su función está relacionada con la aparición de emociones y con el instinto. Está relacionado con la memoria, la atención, los instintos sexuales, emociones, personalidad y la conducta.
Está formado por:
(de manera muy resumida, ya que el sistema límbico se caracteriza mas por la función que ejercen algunas zonas del cerebro conectadas entre sí, que con unas partes anatómicas exactas. Las que enumero a continuación son las que los expertos catalogan de tener una relevancia especial)
- Cuerpo calloso
- Área Septal
- Tálamo (algunas partes de éste)
- Hipotálamo
- Hipocampo
- Amígdala
- Mesencéfalo
La Amígdala
Hablaremos de una parte concreta y muy importante del Sistema Límbico, las amígdalas.
Las amígdalas cerebrales están situadas al lado de cada hipocampo, una en cada uno de los hemisferios cerebrales, en la parte más anterior del lóbulo temporal.
Este núcleo posee conexiones con gran parte del encéfalo, y puede afectar al conjunto del sistema nervioso y la funcionalidad del organismo.
Es un elemento de vital importancia y clave para la supervivencia debido a sus funciones:
- Determinar el componente emocional que tiene para nosotros ciertos eventos externos
- Captar señales afectivas no verbales que emiten otras personas
- Seleccionar la conducta más apropiada en un determinado contexto cultural
- Tiene un papel de gran relevancia en la valoración del significado emocional de las experiencias
Por lo tanto, es el principal núcleo de control de las emociones y sentimientos en el cerebro, controlando también las respuestas de satisfacción o miedo. Sus conexiones no solo producen una respuesta emocional, sino que debido a su relación con el lóbulo frontal, también permite la inhibición de conductas.
Se estudió que cuando es estimulada eléctricamente, los animales responden con agresión, y cuando es extirpada, se vuelven dóciles y no vuelven a responder a estímulos que les habían causado rabia anteriormente. Así mismo, también muestran indiferencia ante estímulos que antes les causaban miedo o a respuestas de tipo sexual.
Por lo tanto, como explica el Dr. Mario Alonso Puig, una amígdala excesivamente activa no favorece ni una visión optimista de la vida, ni el desarrollo de un espíritu emprendedor.
Esto es debido a que una persona con una actividad intensa en la amígdala tendría una tendencia muy marcada a buscar peligros y tendría una conducta demasiado cautelosa, con clara aversión al riesgo. Una persona que está permanentemente a la defensiva, al tener la percepción de encontrarse en un mundo hostil.
Relación con el lóbulo frontal
Como hemos mencionado antes, la amígdala está vinculada con el lóbulo frontal. Los estudios de neurociencia afectiva, según explica en su libro, demuestran que en aquellas personas que tienen una visión más optimista de la vida, que se recuperan más rápidamente después de las pérdidas y que asumen con mayor facilidad riesgos, hay un mayor control de la amígdala por parte de la región pre-frontal izquierda (si quieres hablo de ella en este otro artículo). Hay más conexiones nerviosas a este nivel.
¿Qué podemos hacer si tenemos unas amígdalas especialmente activas y sobre nosotros domina mas el área pre-frontal derecha (más activa en personas pesimistas)?
Lo que debemos hacer es “entrenar el área pre-frontal izquierda”, para que reduzca la actividad de la derecha y de las amígdalas. ¿Cómo?:
- Cultivando la atención para buscar el lado positivo de las cosas
- Utilizando más palabras estimulantes y menos palabras negativas
- Haciendo ejercicio físico
- Meditando
- Usando la imaginación para visualizarnos frente a los retos como personas serenas, confiadas y capaces
- Descansando
- Teniendo ilusión
- Teniendo un verdadero propósito por el que vivir
- Sonriendo
- Cuidando nuestra alimentación
- Hablando mas, socializándonos
- Riendo y quitándole “hierro” a ciertos asuntos
- Cooperando con otras personas
Bien, espero que esto post haya sido de vuestro interés y hayáis disfrutado de su lectura. Como ya sabéis, el cerebro y todo nuestro organismo es fascinante, y descubrir un poquito como funciona, nos puede ayudar a ser y estar mejor. ¡Un abrazo!