Como hemos comentado, un porcentaje muy alto de la población ha sufrido dolor de espalda alguna vez. Por eso creo que es importante tener en cuenta pequeñas cosas en nuestro día a día para prevenir este dolor.
Y es que como sabéis los que me conocéis, tengo muy claro y eso intento transmitir a mis pacientes y a los asistentes a mis formaciones, que los máximos responsables de nuestra salud somos nosotros. Los profesionales sanitarios estamos ahí para cuando lo necesitáis, para trataros, orientaros y acompañaros en los procesos de recuperación. Pero la prevención, el cuidado, el hacer caso de lo que recomiendan los profesionales, el cuidarnos, depende absolutamente de nosotros. Así que ya sabéis, os propongo algunas cositas para que como siempre digo, cojamos hábitos que favorezcan nuestro bienestar y nuestra salud.
LA ESPALDA
Hemos de tener un mínimo conocimiento de cómo es nuestra espalda y como funciona. De esta manera actuaremos con conocimiento de causa, sabiendo el porqué hacemos cada cosa. No podemos hacer una clase de anatomía, pero os comentaré unos conceptos básicos importantes:
- La columna tiene unas curvas fisiológicas (cervical, dorsal y lumbar). Cuando hacemos un esfuerzo, manipulamos una carga o tenemos una postura mantenida en el tiempo, hemos de intentar respetar estas curvas lo máximo posible. Esto hará que el disco pueda realizar su función correctamente (amortiguar y repartir las cargas) y la musculatura y ligamentos no sufran tanto.
- Tenemos una musculatura más superficial y una más profunda. Es importante que la musculatura profunda la trabajemos y esté fuerte. Hay muchas disciplinas, como el pilates, las hipopresivas, trabajo del core, ioga, etc. que la trabajan. Esto protegerá nuestra columna dándole estabilidad y nos ayudará a mantener una correcta postura.
PUNTOS CLAVE:
A partir de aquí vamos a ver qué cosas son básicas si queremos tener una buena salud de nuestra columna.
- La respiración
Como sabéis, el diafragma es el principal músculo respiratorio. Este tiene forma de cúpula, y cada vez que inspiramos baja haciendo presión sobre las vísceras.
Si tenemos una mala posición no permitimos la movilidad del diafragma, lo que supone no ventilar bien, utilizar musculatura accesoria (cervical y dorsal) y que el diafragma acabe estando contracturado.
Un diafragma contracturado o bloqueado nos puede dar problemas de espalda, ya que uno de sus puntos de inserción son las vértebras lumbares.
- La alimentación
- Estar hidratado es básico para un buen estado de los discos intervertebrales y el tejido músculo-tendinoso en general
- El azúcar y las grasas saturadas son productos inflamatorios, que a la larga pueden provocar enfermedades y favorecen el dolor crónico
- Hemos de introducir ácidos grasos buenos en nuestra dieta habitual, y llevar a cabo una alimentación equilibrada.
- La ergonomía e higiene postural
Este es uno de los puntos fuertes, ya que el cómo nos movemos, cómo nos colocamos y cómo realizamos esfuerzos durante todo el día, sea en casa o en el trabajo, determinará la salud de nuestra espalda.
Debemos seguir las normas de ergomotricidad en todo lo que hagamos, de manera que nuestros movimientos sean más eficientes y más seguros.
Ahora no entraremos en detalle en cada norma, pero la clave, como hemos dicho antes, es mantener siempre una correcta postura de la columna, es decir, respetando las curvas fisiológicas.
- Actividad física
Como sabéis, son múltiples los beneficios de la actividad física para nuestra salud en general, pero si pensamos en la espalda, tampoco nos quedamos cortos, por ejemplo:
- Mejor flexibilidad de la columna
- Fortalece la musculatura, lo que nos da estabilidad y buena postura
- Aumentamos el nivel de endorfinas, el opiáceo natural de nuestro cuerpo, que nos alivia el dolor y nos da sensación de bienestar
- Previene el estrés, y las consecuencias a nivel muscular que éste tiene
- Favorece la hidratación de los discos intervertebrales.
- Un buen descanso y momentos de relajación/desconexión
Muchas veces no le damos la importancia que tiene, y un buen descanso nocturno, tanto en horas como en calidad del sueño, es básico para una buena salud. Durante la noche suceden muchas cosas a nivel fisiológico, como por ejemplo el refuerzo del sistema inmunitario o la regeneración de tejidos.
También os aconsejo que durante el día tengáis algún momento de “desconexión” y que introduzcáis en vuestra rutina unos minutos de meditación, ya que a nivel científico se han descrito múltiples beneficios para nuestra salud a corto, medio y largo plazo, entre otros, la mejor tolerancia al dolor.
Espero que os haya gustado, y en otros artículos, iremos profundizando en cada unos de estos puntos. Podéis compartir y poneros en contacto conmigo si queréis hacerme cualquier consulta.